¿Lo volvemos a intentar?

 

En este post me gustaría hablar sobre los centros de segunda oportunidad en relación al artículo 91.1.i de la LOMCE sobre la coordinación de las actividades docentes, de gestión y de dirección que les sean encomendadas.

Para empezar estos centros son una iniciativa que consigue que los jóvenes en situaciones de exclusión o marginación social consigan el graduado escolar de la E.S.O y Bachillerato. Además de estas enseñanzas se ofrecen módulos de formación eléctrica, cocina u hostelería. Están destinados a aquellos alumnos que en los institutos ordinarios no alcanzan las mínimas competencias curriculares que se les exige desde el gobierno debido a causas de índole social o familiar, como por ejemplo familias desestructuradas donde no son bien atendidos desde pequeños o son educados de forma diferente a otras familias, también se puede dar la circunstancia de que tengan malas compañías fuera del hogar… etc.

En los centros de la fundación Tomillo de Madrid, los docentes emplean metodologías que se inclinan hacia el aspecto pedagógico de la escuela, importa la procedencia, el contexto, por qué se comportan como lo hacen y forman a los adolescentes en valores. El objetivo principal es desarrollar el potencial, las ganas, y que ellos mismos demuestren que son capaces de afrontar exitosamente aquello de lo que toda su vida han escuchado decir que no valían.

De hecho, la preocupación principal no es dar todo el temario, se busca una relación cercana con ellos. Por ejemplo, cuando se realizan excursiones culturales, los profesores les mandan una actividad para desarrollar en la ciudad por su cuenta, en grupos o de forma individual, la cual deben entregar al finalizar, de esta forman conocen lo que han visitado y se divierten al mismo tiempo, aprendiendo e implementando su independencia y gestión del tiempo y las tareas.

Se coordinan periódicamente reuniones grupales del claustro de profesores con el director en las que  se trata la educación y metodologías a seguir en la que se pretende ir más allá del currículo. Siguiendo la misma línea de desarrollo personal, los profesores se permiten pausar la clase unos minutos si surgiera algún conflicto, puesto que otorgan mayor importancia a la formación humana. También se realizan tutorías privadas con el alumno en las que se conversa sobre su conducta en el aula si esta es problemática, se intenta reconducir su comportamiento y se fomenta el compromiso con el estudio.

La metodología de castigo utilizada reside en la utilidad, realizando labores dentro del centro que ayuden a su buen mantenimiento y elementos como la puntualidad y el respeto a las normas del aula son claves en este centro.

El centro organiza multitud de propuestas en camino al futuro laboral, como por ejemplo un voluntariado en el que enseñan informática a adultos que no han tenido o tienen acceso a ella en su día a día y por lo tanto no la manejan de forma fluida, o talleres sobre determinismo e identidad o práctica de las entrevistas de trabajo. También realizan un test para conocer que es aquello que les llama laboralmente y evalúan introspectivamente cuales son sus mejores y peores aptitudes, sus gustos…

Finalmente, este curso ofrece la oportunidad de realizar unas prácticas de trabajo en una empresa, experiencia en la que deben aplicar tanto los conocimientos académicos como personales adquiridos en estos cursos.

Creo verdaderamente necesarios estos centros para, como dice su propio nombre, darles una oportunidad (o quizás incluso la primera) de encajar en el sistema, de sentirse escuchados, valorados y motivados de cara al futuro y que comprueben que pueden lograr aquello que se propongan y conocer más allá de lo que han vivido en sus hogares.


-Olaya- 

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